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Si produjeramos gasolina en México, surge la pregunta de cuánto costaría un litro del producto nacional. Esta cuestión es relevante debido a que la gasolina es un insumo de alta demanda que no podemos dejar de usar, y pagar un precio elevado por ella resulta en aumentos de precios en alimentos, servicios y otras industrias.

En México, cuando el precio de la gasolina sube, los ramos industriales más afectados (en orden de sensibilidad a las variaciones de este energético) son:

  1. Industria de harina de maíz.
  2. Servicios y materias primas médicas.
  3. Computación y accesorios eléctricos.
  4. Transporte de carga.
  5. Industria petrolera.

Como se trata de un producto importado, la gasolina se rige principalmente por las reglas del mercado internacional (que no podemos controlar). Por lo tanto, nuestras industrias y economía se ven afectadas por cualquier fluctuación que ocurra en este insumo importado.

Según los datos de Petróleos Mexicanos (Pemex) del tercer trimestre de 2019, de cada 10 litros de gasolina que se consumen en México, 7.3 provenían de Estados Unidos (cuando un año antes la proporción era de 6 litros). Esto significa que ahora se produce menos de 3 litros (exactamente 2.7 litros) en las seis refinerías mexicanas, lo cual es insuficiente para satisfacer la demanda del mercado nacional.

¿Por qué no baja el precio de la gasolina en México?

La respuesta es simple: mientras siga siendo importada, esto no ocurrirá.

Cuando visitamos el supermercado o compramos en línea, podemos notar rápidamente que los productos importados suelen ser más costosos. Esto no implica que automáticamente sean mejores que los productos nacionales, sino que su mayor costo radica en el hecho de que se transportan desde lugares más lejanos, lo cual conlleva gastos de transporte e impuestos al entrar al país. Esto se aplica a prácticamente cualquier mercancía fabricada fuera de México, lo que hace que sus precios se coticen en dólares y el consumidor final termine pagando el costo de importación. Por lo tanto, para cualquier economía, resulta más viable producir lo que se necesita dentro de sus propias fronteras en lugar de comprarlo a otros países.

¿Qué factores contribuyen a que los productos de importación sean más caros?

  • Costos de logística: transporte y distribución.
  • Pago de impuestos.

¿Cuál sería el costo de un litro de gasolina fabricada en México?

Para responder a esta pregunta, se realizó un cálculo por parte de la Facultad de Ingeniería de la UNAM, utilizando datos de la Comisión Nacional de Hidrocarburos correspondientes a enero de 2017:

  • El costo promedio de producción de Pemex por barril de petróleo es de 6.12 dólares, lo que equivale a unos 134.64 pesos considerando un tipo de cambio de 22 pesos por dólar.
  • Se obtienen 450 mililitros de gasolina por cada litro de petróleo, sin embargo, esta cantidad puede variar dependiendo de la ligereza y calidad del combustible. En promedio, se necesitan 2.2 litros de petróleo para obtener un litro de gasolina. Por lo tanto, el precio de un litro de gasolina fabricada en México en una refinería estaría entre 2 y 3 pesos.

El precio COMERCIAL de un litro de gasolina vendido al público se desglosa de la siguiente manera (datos de 2017):

  • El 59.6% del costo corresponde al precio del petróleo.
  • El 11.8% es destinado a gastos de distribución y comercialización.
  • El 11.3% representa el costo de refinación y…
  • El 17.3% corresponde al pago de impuestos.

Considerando estos porcentajes y sumándolos, se estima que el costo de cada litro de gasolina fabricada en México sería de alrededor de 5 pesos.

  • En el mercado de las gasolinas, se suele considerar un margen de utilidad de entre el 20% y el 50%.
  • Además, se incluye un cargo adicional por las dificultades y riesgos asociados a la producción y manejo de este producto.
  • También se contabilizan los costos por las pérdidas durante el proceso de refinación.
  • Finalmente, se incluye el impacto económico causado por el robo de combustible.

Teniendo en cuenta estos factores, el precio final al que se vende al consumidor un litro de gasolina refinada fabricada en México en una gasolinera debería estar entre 5 y 7 pesos aproximadamente.

Es importante mencionar que el precio de la gasolina puede aumentar debido a los impuestos adicionales que se aplican, como el IEPS (Impuesto Especial a la Producción y Servicios) aprobado durante la administración de Enrique Peña Nieto, el cual representa un pago adicional de entre 6 y 7 pesos por litro que se suma al costo de producción.

Según algunos analistas y economistas, el aumento en el precio de las gasolinas durante el gobierno anterior se debió a la necesidad de compensar el déficit fiscal que el propio gobierno generó al desestabilizar las finanzas públicas debido al gasto excesivo, lo que resultó en un aumento de la deuda pública (que pasó de 4 billones de pesos a 10.88 billones de pesos durante la administración de Peña Nieto).

El objetivo de aumentar el precio de la gasolina en México fue garantizar ingresos debido a la incapacidad de Hacienda para recaudar más contribuciones. Además, el gobierno anterior buscaba obtener fondos debido al desmantelamiento y destrucción de las industrias nacionales, tanto públicas como privadas, como resultado del libre funcionamiento otorgado a empresas transnacionales. Bajo el modelo económico del sexenio pasado, gran parte de la economía mexicana dependía del gasto que la población realizaba al adquirir gasolina y los productos o servicios derivados de ella. Incluso aquellos que utilizan el transporte público están pagando por una gasolina más cara.

Considerando este contexto, el tener más refinerías en México no suena como una mala idea, ya que contribuirían a abastecer parte del mercado nacional y así depender menos de las importaciones, lo que posiblemente resultaría en una disminución del precio. Sin embargo, también sería costoso modernizar las seis refinerías existentes en el país.

La empresa Rengen Energy Solutions estima que se necesitarían 3 mil millones de dólares (500 MDD cada una) para actualizar las refinerías mexicanas. Con esta inversión, el Sistema Nacional de Refinación podría producir entre 700 y 900 mil barriles diarios de combustible, lo cual equivale al rendimiento diario de tres refinerías modernas. Según datos de la Secretaría de Energía (Sener), hasta enero del año pasado, las seis refinerías del país estaban operando por debajo del 35% de su capacidad (1.5 millones de barriles por día).

Rengen Energy Solutions afirma que es viable reparar las refinerías existentes y construir la refinería de Dos Bocas al mismo tiempo, como propone el presidente López Obrador. Sin embargo, el principal desafío en este caso sería el factor tiempo, ya que la rehabilitación de las refinerías llevaría alrededor de tres años. Sin embargo, consideran que esta inversión definitivamente aumentaría la capacidad de refinación del país y sería «una de las inversiones más rentables para Pemex».

En México, hay quienes argumentan que es un error invertir en refinerías, ya que la tendencia mundial se inclina hacia las energías alternativas. Argumentan que refinar petróleo es una actividad obsoleta y que es necesario mirar hacia el futuro. Sin embargo, la realidad es que todavía queda mucho petróleo en el mundo. En el caso de México, se han descubierto yacimientos importantes en los últimos años. Además, la industria petrolera es altamente rentable, como lo demuestran las compañías que surgieron durante el sexenio de Peña Nieto. Aunque actualmente las ventas son bajas debido a la pandemia de Coronavirus, se espera que la industria se recupere y siga siendo rentable mientras haya petróleo para refinar.

Por otro lado, comparar a México con otros países más avanzados y basarse en las tendencias mundiales es en parte desconocer la realidad del país. Por ejemplo, mezclar gasolina con etanol al 20% mejora el rendimiento de los motores sin tener consecuencias mecánicas. Sin embargo, en México, el etanol es más costoso y aumentaría el precio de la gasolina, por lo que este plan no es viable para el país.

No debemos olvidar que mientras el mundo siga dependiendo del petróleo y mientras el petróleo exista, invertir en esta industria es algo que vale la pena.

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