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Estamos convencidos de que todos ustedes tienen un enrutador antiguo que ya no utilizan. Este enrutador antiguo podría utilizarse como un punto de acceso WiFi para ampliar la cobertura en su hogar. Hoy en día, todas las casas nuevas vienen con todas las habitaciones cableadas, y si no desea gastar dinero en un sistema de red WiFi Mesh para tener roaming WiFi, siempre puede reutilizar un enrutador antiguo para configurarlo como punto de acceso WiFi y ampliar la cobertura en su hogar. ¿Le gustaría saber cómo hacerlo?

¿Qué considerar al usar un enrutador como punto de acceso WiFi?

Hoy en día, es muy común que todas las habitaciones de nuestro hogar tengan tomas RJ-45, de hecho, usted mismo podría tirar un cable de red para conectar al menos una habitación que esté lo más lejos posible del enrutador actual. Los extensores de WiFi son muy útiles para ampliar la cobertura inalámbrica, pero a menos que gaste más de 100 euros en un repetidor de triple banda simultánea, obtendrá un rendimiento realmente bajo. Por esta razón, si tiene una habitación cableada al otro lado del enrutador principal que también actúa como punto de acceso WiFi, sería ideal que pueda reutilizar su enrutador antiguo para tener cobertura WiFi.

La idea principal es usar este enrutador antiguo como un segundo punto de acceso en su hogar o lugar de trabajo para poder tener cobertura donde el enrutador principal no puede llegar. Para hacer esto, debemos tener en cuenta aspectos muy importantes que no debemos pasar por alto.

Una de las primeras cosas que debemos considerar antes de decidir reutilizar nuestro viejo enrutador es comprender la diferencia entre un enrutador inalámbrico y un punto de acceso. En realidad, la mayoría de los enrutadores actuales tienen la capacidad de funcionar como punto de acceso además de sus funciones principales.

La función principal de un enrutador, al menos en la mayoría de los casos, es proporcionar direcciones tanto inalámbricas como cableadas entre el cliente, que en este caso somos nosotros como usuarios, y el proveedor de Internet, permitiéndonos así salir de nuestra red local y acceder a Internet.

Además, los enrutadores tienen la función de servidor DHCP, que asigna direcciones IP a cada cliente, usuario o dispositivo. Esto es diferente a un punto de acceso, ya que un enrutador sin la capacidad de DHCP se convertiría automáticamente en un simple punto de acceso y no podría asignar direcciones IP sin la ayuda de un enrutador que tenga esta función.

Esto se debe a que los puntos de acceso funcionan simplemente como amplificadores de la señal WiFi proporcionada por el enrutador principal. En términos de configuración, filtrado y asignación de direcciones IP, sigue siendo el enrutador principal el que realiza estas funciones. Por lo tanto, es importante destacar que cuando se trata de puntos de acceso, nos referimos a dispositivos que amplían el rango de la señal proporcionada por nuestro dispositivo principal, ya sea para áreas donde la señal original no llega o simplemente para fortalecer la conexión cuando nos encontramos lejos del enrutador.

Sin roaming WiFi

No habrá roaming WiFi entre el enrutador principal y el antiguo, ya que no es un sistema WiFi Mesh con los estándares correspondientes para permitirlo. Actualmente, cuando compramos un sistema WiFi Mesh con dos o más nodos idénticos, o tenemos sistemas como AVM FRITZ! Mesh o ASUS AiMesh, podemos crear una red mallada completa con diferentes dispositivos del mismo fabricante. El firmware de los dispositivos está diseñado para reconocerlos y permitir el roaming WiFi entre los diferentes nodos.

De forma opcional, también podemos activar la función Smart Connect, lo cual implica tener una única red WiFi para las frecuencias de 2.4GHz y 5GHz. Esto permite que el router se conecte automáticamente a la banda más adecuada en cada momento. Sin embargo, nuestra recomendación es desactivar siempre el Smart Connect debido a los problemas que puede causar con dispositivos IoT, como cámaras y otros.

Configuración del router secundario con ajustes WiFi iguales.

Debemos configurar el router secundario de acuerdo a la configuración del router principal. El nombre de la red (SSID), el tipo de seguridad y la contraseña de acceso (WPA2 o WPA3) deben ser exactamente iguales en ambos routers. Esto es necesario para que dispositivos móviles, como smartphones, tablets y computadoras portátiles, se conecten sin problemas de transición y realicen un roaming automático, aunque puede haber una breve interrupción en la conexión WiFi.

Es crucial que tanto el nombre de la red WiFi como la contraseña sean idénticos. De lo contrario, tendremos dos redes diferentes y deberemos seleccionar manualmente a qué red conectarnos con nuestros dispositivos móviles, lo que resultará en una experiencia de usuario negativa.

Es importante destacar que no disfrutaremos de la misma experiencia de usuario que con un sistema WiFi Mesh, ya que no contaremos con los protocolos de roaming principales, como el 802.11k/v y el 802.11r. A pesar de esto, podremos ampliar la cobertura inalámbrica en una ubicación específica y obtener una buena velocidad (relativamente). Sin embargo, debemos tener en cuenta que al cambiar entre el router principal y el secundario, la conexión inalámbrica se interrumpirá. Por lo tanto, si estamos en una llamada VoIP o videollamada, se cortará temporalmente y luego se restablecerá la comunicación.

Interconexión a través de cable

La conexión entre el router principal y el secundario debe realizarse mediante un cable Ethernet, ya que los routers antiguos normalmente no tienen las funcionalidades de repetidor WiFi. Esta es una diferencia importante en comparación con los sistemas WiFi Mesh, que pueden interconectarse a través de WiFi en una banda de frecuencias dedicada o a través de un cable Ethernet compartido con los clientes inalámbricos.

Si usamos un router antiguo como punto de acceso WiFi, solo podremos interconectarlo a través de cable. Si deseamos interconectarlos mediante WiFi, esto solo será posible si el firmware del router lo admite. Además, es recomendable verificar si es posible cambiar el firmware e instalar DD-WRT, OpenWRT u otro similar. Al cambiar el firmware, tendremos acceso a más opciones de configuración avanzadas, como la capacidad de utilizarlo como repetidor WiFi.

Una vez que conocemos todos los requisitos y aspectos importantes, pasemos a ver las configuraciones que debemos realizar en el router antiguo.

Configuración del router antiguo en modo de punto de acceso WiFi

Es necesario configurar el antiguo router de manera similar al router principal para que ambos estén en la misma subred. No importa si nuestro antiguo router es ADSL, un módem de cable o un router neutro, la configuración es la misma para todos ellos. Antes de conectar el antiguo router a la red local actual con el router principal, debemos realizar algunas configuraciones adicionales para evitar conflictos de direcciones IP privadas y garantizar un funcionamiento correcto sin tener una doble NAT en la red, lo cual dificultaría mucho la apertura de los puertos en la NAT.

Configuración de la dirección IP y la subred

Normalmente, todos los routers utilizan la red típica 192.168.1.0, a la cual podemos acceder a través de la dirección IP 192.168.1.1 via cable o Wi-Fi para administrarlos en la interfaz web. Debemos asegurarnos de que tanto el router principal como el antiguo router que vamos a reutilizar utilicen la misma subred para evitar problemas de conectividad.

Otro aspecto importante es la dirección IP de administración del router. En general, todos los routers utilizan 192.168.1.1, lo cual genera problemas al tener la misma dirección IP de acceso en ambos routers. Por lo tanto, debemos configurar los routers de la siguiente manera:

  • Router principal: en la LAN, debemos configurar la IP como 192.168.1.1 con una máscara de subred 255.255.255.0 también conocida como /24.
  • Antiguo router: en la LAN, debemos configurar una dirección IP diferente que esté dentro de la misma subred y fuera del rango de DHCP del router principal. Por ejemplo, si el rango de DHCP del router principal va desde la IP 192.168.1.30 hasta la 192.168.1.254, podemos usar la IP 192.168.1.2. Es fundamental seleccionar una IP dentro de la misma subred y utilizar la misma máscara de subred.

En algunos casos, el servidor DHCP del router principal ocupa todas las direcciones IP desde 192.168.1.2 hasta 192.168.1.254, lo cual nos deja sin ninguna IP disponible. En este escenario, debemos cambiar el rango de IPs de DHCP en la configuración del router principal para asegurar un correcto funcionamiento.

Configuración del servidor DHCP en el antiguo router

Una vez configurada la dirección IP del antiguo router, debemos desactivar el servidor DHCP en este dispositivo. La red solo debe tener un servidor DHCP, que será el del router principal encargado de gestionar la conexión a Internet. Es fundamental desactivar el servidor DHCP en el antiguo router o router secundario, de lo contrario podríamos tener problemas si nos asigna una IP del router secundario, ya que la configuración del gateway sería incorrecta y tendríamos conectividad a nivel local, pero no hacia Internet.

Configuración de la red Wi-Fi

La configuración de la red Wi-Fi en ambos routers debe ser idéntica, con la excepción de los canales Wi-Fi utilizados para evitar interferencias. Si el router principal está configurado de la siguiente manera:

  • Nombre de la red: RedesZone_2.4GHz
  • Tipo de seguridad: WPA2-PSK
  • Contraseña: RedesZone-Clave-Acceso
  • Canal: 3
  • Nombre de la red: RedesZone_5GHz
  • Tipo de seguridad: WPA2-PSK
  • Contraseña: RedesZone-Clave-Acceso
  • Canal: 40

El segundo enrutador debe ser configurado de la misma manera, pero cambiando los canales WiFi para evitar interferencias.

Conexión por cable de red

Después de haber configurado todos los parámetros anteriores, podremos conectar el enrutador antiguo a la red local y disfrutar de una cobertura de WiFi sin problemas. Debemos conectar un cable de red desde el enrutador principal en cualquier puerto LAN, o desde un switch que tengamos en casa (el cual debe estar conectado al enrutador principal en un puerto LAN) a cualquier puerto LAN del enrutador antiguo.

No importa qué puerto utilices para la conexión, lo más importante es que esté conectado a un puerto LAN, y si el enrutador tiene un puerto WAN RJ-45, debe mantenerse libre y sin conexión.

¿Qué pasa con los enrutadores que tienen la función de punto de acceso?

En el mercado existen enrutadores como los ASUS o AVM FRITZ!Box que nos permiten configurarlos como un punto de acceso WiFi, lo cual es exactamente lo que estamos haciendo en este tutorial. Cuando se configura el enrutador en modo de punto de acceso, obtendrá automáticamente una dirección IP del servidor DHCP del enrutador principal, y posteriormente podremos configurar la red inalámbrica WiFi según nuestras preferencias.

En esencia, un enrutador en modo AP hace exactamente lo mismo que hemos hecho manualmente si el enrutador no tiene esta función. El enrutador obtendrá automáticamente una dirección IP dentro de la misma subred principal, y luego podemos configurar el SSID, la seguridad y la contraseña WPA2 en el enrutador. Por último, debemos conectar un cable de red al puerto LAN del enrutador para que todo funcione correctamente. Es posible que en modo AP también se habilite el puerto WAN de Internet (si estamos hablando de un enrutador neutro) como LAN, pero esto depende del fabricante y del modelo del enrutador.

¿Y qué hay de los enrutadores con función de repetidor WiFi?

Existen enrutadores que también tienen la función de repetidor WiFi, como los ASUS o AVM FRITZ!Box. Esta función hace exactamente lo mismo que un repetidor WiFi convencional: captura la señal WiFi del enrutador principal y la repite para ampliar la cobertura. Sin embargo, perderemos la mitad del ancho de banda en este proceso, ya que la conexión entre los enrutadores se realiza a través de WiFi y no por cable. Por lo tanto, sería más recomendable interconectarlos mediante cable para una mejor conexión.

En la siguiente imagen capturada, se muestra un menú de firmware de un router ASUS. Este menú permite seleccionar el modo de configuración o modo de funcionamiento del router neutro, para adaptarse de manera óptima a nuestras necesidades.

Si bien la mejor opción para lograr una cobertura completa en nuestro hogar es utilizar un sistema de WiFi Mesh, que ofrece roaming WiFi y band-steering, también es posible reutilizar un router viejo y obtener un rendimiento óptimo.

Firmwares de terceros en routers viejos

Si nuestro router viejo es compatible con firmwares de terceros como DD-WRT, OpenWRT o Tomato, entre otros, podemos instalar estas versiones avanzadas y configurar el router en modo punto de acceso WiFi. De esta manera, obtendremos una IP de la red de forma automática a través del cliente DHCP y podremos configurar la red inalámbrica WiFi. Incluso si un modelo de router en particular no admite el modo AP con el firmware del fabricante, es probable que con la instalación de uno de estos firmwares compatibles, sí podamos utilizar el router como punto de acceso WiFi o repetidor WiFi.

Tanto DD-WRT como OpenWRT son los firmwares más recomendados para utilizar un router viejo como repetidor WiFi. Ambos ofrecen amplias opciones de configuración avanzada, permitiendo configurar el router como repetidor WiFi, asignar diferentes VLAN a la red inalámbrica y a la red por cable, y configurar parámetros avanzados como el «Airtime Fairness» y opciones avanzadas relacionadas con la emisión de señales por parte del router inalámbrico.

En el caso de que vayamos a adquirir un router nuevo, sería recomendable buscar un firmware que ya incorpore la posibilidad de configurarlo en modo repetidor o punto de acceso WiFi, tal como ocurre con los routers ASUS o AVM FRITZ!Box, entre otros. Sin embargo, puede ser difícil encontrar otros fabricantes que también ofrezcan esta funcionalidad en sus firmwares. En general, lo más común es que los routers nuevos que acabamos de adquirir estén configurados en modo router, para gestionar tanto la red por cable como la red inalámbrica y la conexión a Internet, con el objetivo de obtener un rendimiento óptimo.

Ventajas de actualizar el firmware

Actualizar el firmware de routers viejos puede brindar muchos beneficios. Siempre que sea posible, es recomendable hacerlo para solucionar posibles vulnerabilidades que pueda tener el router con su versión antigua. Esto es crucial al actualizar cualquier dispositivo y es una práctica estándar en todos los fabricantes. Sin embargo, el problema con estos routers es que algunas marcas dejan de brindarles soporte y dejan de lanzar actualizaciones. En casos extremos, solamente se lanzan actualizaciones para solucionar grandes fallas de seguridad en routers viejos, pero esto no es común.

Otro motivo para actualizar el firmware es mejorar el rendimiento del router. Todos los fabricantes buscan mejorar el rendimiento de sus equipos a través de actualizaciones. La estabilidad, compatibilidad y velocidad de conexión son puntos importantes que los fabricantes intentan mejorar. Sin embargo, en routers antiguos esto puede ser más complicado, ya que generalmente las mejoras de rendimiento están limitadas por el hardware del dispositivo. Por lo tanto, es importante verificar la página de soporte del fabricante y consultar la versión más reciente del firmware. En caso de no estar satisfechos con esta versión, se puede considerar la instalación de un firmware de terceros, siempre y cuando sea compatible con el hardware del router.

Siempre que realicemos este tipo de actualizaciones, es importante monitorear el router, especialmente si se instala un firmware de terceros. Esto nos permitirá verificar el funcionamiento del sistema y detectar cualquier problema, como temperaturas elevadas, que puedan dañar el router y dejarlo inutilizable.

Como has podido observar, es realmente sencillo configurar un router viejo (o nuevo) como punto de acceso para tener una mayor cobertura WiFi en cualquier lugar al que nos conectemos. Podemos llevar a cabo este proceso en aproximadamente unos 15 minutos.

Otros usos para un router viejo

Además de mejorar la cobertura WiFi, un router viejo puede ser utilizado para otros fines. A continuación, mencionaremos algunas opciones:

Crear una conexión VPN

Una de las posibilidades es convertir tu router viejo en una VPN. Si deseas tener tu propia red privada virtual, esto es algo que puedes lograr. Al hacerlo, incrementarás tu privacidad y seguridad al navegar por Internet. No importa en qué lugar te encuentres, podrás navegar como si estuvieras en tu hogar.

Esto garantizará la protección de tus datos personales. Por ejemplo, cuando te conectas a una red Wi-Fi pública que puede no ser segura, tus datos estarán a salvo. Toda la conexión estará encriptada, por lo que un posible pirata informático no podrá acceder a la información que envías por Internet o los servicios que utilizas.

Organizar una LAN Party

Aunque en la actualidad esta práctica es menos común, muchos juegos todavía permiten jugar en modo LAN, es decir, conectados a una misma red. Esto puede ofrecer varias ventajas, como la posibilidad de jugar con una latencia mínima, lo que se traduce en movimientos más precisos que en el modo online. Si bien las conexiones de fibra óptica han reducido esta diferencia significativamente, sigue siendo una opción divertida.

Un router antiguo puede desempeñar perfectamente la función de conectar varios ordenadores o consolas, permitiéndonos crear nuestra propia red local para juegos. De esta manera, podremos jugar sin interrupciones más allá de las que el propio juego utilice para cargar ciertos elementos.

Experimentar

En la actualidad, existen numerosos cursos en línea que ofrecen certificaciones en redes, como los proporcionados por CISCO, que son reconocidos como los más populares. Estos cursos nos brindan las herramientas necesarias para adquirir conocimientos en este campo. Sin embargo, siempre es posible utilizar un router antiguo para realizar nuestras propias pruebas sin afectar el router principal de nuestra casa.

Dado que este dispositivo no se utilizará en condiciones normales, podemos experimentar con él tanto con fines educativos como por mera curiosidad. Incluso si solo nos guía la curiosidad, podremos aprender mucho sobre el mundo de las redes. En Internet, podemos encontrar una amplia variedad de artículos y tutoriales que nos permitirán realizar diferentes experimentos con este dispositivo.

Aunque sus usos pueden ser muy diversos, incluso pueden ir más allá del ámbito informático o digital. Es posible que tengamos un dispositivo antiguo que ya no funcione y nos atrevamos a ver qué ocurre con sus componentes. En este caso, al tratarse de un dispositivo que puede no funcionar, podemos intentar reemplazar componentes siguiendo algún tutorial.

Convertirlo en un servidor NAS

Otra opción es convertir nuestro viejo router en un servidor NAS. De esta manera, podremos almacenar contenido de video para reproducirlo en otros dispositivos de nuestra casa, como televisores, computadoras y teléfonos móviles. Esta opción es una alternativa económica a la compra de un servidor NAS.

Para lograr esto, nuestro antiguo router debe contar con un puerto USB al cual podremos conectar un disco duro para obtener almacenamiento y así guardar archivos de todo tipo, como películas, series, música, etc. De esta manera, tendremos nuestro propio servidor NAS listo para usar.

Crear una red para invitados

Otra posibilidad que ofrece un router antiguo es la de crear una red exclusiva para invitados. Si deseamos mejorar la seguridad y tener una red dedicada exclusivamente a las visitas, donde cada vez que alguien se conecte sea necesario utilizar una contraseña diferente, esta opción resulta muy útil. También podemos darle un nombre diferente a esta red.

Normalmente, cuando recibimos visitas, debemos compartir la contraseña del router principal para que puedan conectarse a Internet, a menos que nuestra red esté abierta. Sin embargo, si utilizamos un router antiguo como una red alternativa, solo tendremos que habilitarla cuando vayamos a recibir a alguien en casa. Incluso podríamos establecer una contraseña débil ya que solo la utilizaríamos en momentos puntuales.

¿Puede haber problemas?

Los routers son componentes esenciales en las infraestructuras de red, ya que nos proporcionan una amplia gama de funcionalidades, como hemos visto. Es crucial contar con un router de calidad, independientemente del objetivo del dispositivo. Utilizar uno en mal estado con problemas puede resultar en una pérdida de rendimiento, inestabilidad y un funcionamiento inadecuado.

En el caso de los routers antiguos, pueden ocurrir dos situaciones. En primer lugar, puede estar en mal estado debido al desgaste por los años de funcionamiento, lo cual puede traducirse en problemas de rendimiento. O bien, sus características pueden estar algo obsoletas en comparación con los estándares actuales, lo que también puede generar problemas en su uso. Lo más importante es que el rendimiento será diferente y es posible que no se aprovechen todos los recursos que nuestra red ofrece. Además, a nivel de software, pueden surgir otros problemas.

  • Seguridad: Los routers nuevos siempre incorporan mejoras en términos de seguridad, especialmente a través de actualizaciones. Es posible que un router antiguo no tenga el firmware actualizado y no pueda mejorarse de ninguna forma, lo que puede generar problemas de seguridad.
  • Velocidad: Los routers antiguos pueden no ser capaces de aprovechar toda la velocidad disponible en la actualidad, lo cual puede ser un inconveniente para ciertos usos.
  • Estabilidad: Una vez más, debemos mencionar las actualizaciones de firmware, ya que mejoran el rendimiento general del dispositivo. Si un router no recibe actualizaciones desde hace tiempo, es posible que su rendimiento no sea óptimo en comparación con equipos más recientes o incluso de la misma generación pero actualizados.
  • Incompatibilidad: Los routers más antiguos pueden tener problemas de compatibilidad con dispositivos más modernos, como smartphones, tablets, ordenadores y televisiones. Estos dispositivos pueden funcionar de manera inadecuada o directamente no funcionar con un router antiguo, lo cual puede limitar la cantidad de dispositivos que se pueden conectar a la red y generar problemas en hogares o centros de trabajo que necesitan conectar varios dispositivos de forma simultánea.

Por lo tanto, utilizar un router antiguo puede afectar significativamente la seguridad de nuestra red y hacer que no funcione de manera óptima. Si experimentamos alguno de estos problemas, es probable que sea el momento de considerar cambiar el dispositivo por uno más nuevo, lo cual mejorará la calidad de la conexión, su confiabilidad y compatibilidad.

¿Cuándo es recomendable dejar de utilizarlo?

Al determinar cuándo es mejor dejar de utilizar un router, hay varios factores a tener en cuenta. En primer lugar, la antigüedad del dispositivo es un indicador importante. Cuando no sea compatible con nuevas tecnologías y comience a limitarnos de manera que no podamos aprovechar todas las capacidades de la red, será necesario adquirir uno nuevo para que todo funcione adecuadamente.

Otro aspecto crucial es la seguridad. Los routers más antiguos pueden tener vulnerabilidades, especialmente debido a la falta de actualizaciones por parte del fabricante. Aunque se cumplan las medidas de seguridad recomendadas, la falta de actualizaciones puede hacer que sea peligroso utilizar el router y, por lo tanto, no se recomienda hacerlo. La seguridad de todos los usuarios que lo utilizan está en riesgo.

En resumen, como has visto, hay varios usos que se le pueden dar a un router antiguo, más allá de extender la conexión a Internet a otras partes de la vivienda. Solo es necesario contar con un dispositivo compatible y en buen estado para ponerlo en práctica.

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