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Las monedas antiguas: tesoros históricos en tu hogar

Aunque las monedas antiguas ya no pueden utilizarse para realizar operaciones bancarias, es común que las personas las conserven en sus hogares como parte de su historia personal. El Banco de México (Banxico) ha retirado varios diseños de monedas y billetes del mercado, pero existen algunas variantes que han sido desmonetizadas y ya no tienen valor legal.

El 31 de diciembre de 1992, el peso mexicano dejó de ser la unidad monetaria en México para dar paso al Nuevo Peso Mexicano, cuyas monedas se caracterizaron por llevar el símbolo N$. Sin embargo, quedaron rezagadas algunas monedas de la antigua Familia A del Banxico, que fueron guardadas por personas pensando que podrían incrementar su valor con el tiempo.

Es importante destacar que estas monedas no tienen poder liberatorio y no pueden utilizarse para realizar compras. Sin embargo, en internet es común encontrar publicaciones donde se venden estas monedas, incluso a precios muy elevados, como una moneda de $100 que se ofrece por 35 mil pesos.

El Banxico ha indicado que estas monedas antiguas ya no son válidas para transacciones, pero aconseja dividir su denominación entre mil para obtener su equivalencia en la moneda actual. Por ejemplo, una moneda de cien pesos de la antigua Familia A corresponde a 10 centavos en la moneda actual.

En sitios de venta en línea, como Mercado Libre México, es posible encontrar estas monedas antiguas. En el reverso de la moneda, que generalmente muestra el escudo nacional mexicano en el anverso, se encuentra el retrato del expresidente Venustiano Carranza, quien promulgó la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en 1917. Además, estas monedas incorporaron el sistema braille en la parte superior para facilitar su reconocimiento por parte de personas con discapacidad visual.

Si tienes este tipo de monedas en casa y estás interesado en venderlas, es recomendable buscar el asesoramiento de un experto en una casa numismática para obtener información sobre las características de tus piezas y su valor en el mercado.

En resumen, las monedas antiguas pueden ser consideradas tesoros históricos que nos conectan con el pasado. Aunque ya no tengan valor legal, son objetos de interés para los coleccionistas y amantes de la numismática.

¿Guardas la moneda de 20 centavos por la que piden 50 mil pesos?

Si estás navegando por las páginas de comercio digital y te encuentras con anuncios en los que piden una cantidad exorbitante de dinero por una moneda de 20 centavos, te sugerimos leer este artículo antes de tomar cualquier decisión.

Es importante tener en cuenta que muchas de estas publicaciones son realizadas por personas que no necesariamente son expertas en la materia. En su mayoría son usuarios que buscan obtener un ingreso extra. Por lo tanto, confiar únicamente en el precio que se menciona en estos anuncios puede no ser realista ni adecuado.

Para evitar caer en engaños o sobreprecios, te recomendamos tomar en consideración las siguientes sugerencias:

  1. No te dejes llevar únicamente por los precios de otros anuncios en la página. Investigar el valor real de la moneda o artículo que estás buscando puede brindarte una mejor idea de lo que podrías pagar.
  2. Consulta fuentes confiables como expertos numismáticos, casas de moneda o tiendas especializadas para obtener una valuación más precisa.
  3. Evalúa las condiciones de la moneda o artículo en cuestión. El estado de conservación, rareza y demanda pueden influir en su valor.
  4. Siempre compara precios en diferentes fuentes antes de realizar una compra. Esto te ayudará a tener una idea más clara del rango de precios realista.

Recuerda que el conocimiento es poder, y tomar decisiones informadas te evitará caer en posibles estafas o pagar más de lo justo por un artículo. Si deseas obtener más información sobre este y otros temas relacionados con finanzas personales, te invitamos a visitar nuestra sección de Tips de Mi Bolsillo.

Sobre el autor:

El autor de este artículo es un egresado de la Facultad de Estudios Internacionales y Políticas Públicas de la Universidad Autónoma de Sinaloa. Además de su formación académica, es un apasionado observador del cielo y la naturaleza, y también encuentra placer en la música y la literatura.

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