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El liderazgo situacional: potenciando el rendimiento de los equipos de trabajo

El éxito de las organizaciones está basado en numerosos factores, siendo el rendimiento de los equipos de trabajo uno de los más importantes. Sin embargo, sería imposible pensar en el rendimiento de los colaboradores sin tomar en cuenta sus necesidades específicas y la etapa en la que se encuentren dentro de una empresa.

Ante esto, el liderazgo situacional se presenta como una respuesta efectiva para guiar los esfuerzos colectivos sin pasar por alto los requerimientos específicos de cada colaborador, así como sus capacidades, motivaciones y áreas de oportunidad. Para poder entender a más profundidad la teoría del liderazgo situacional, debemos remontarnos a 1969, cuando Hersey, Blanchard y Johnson acuñaron el término para contribuir a la formación de líderes y educadores en distintos ámbitos profesionales.

Teoría del liderazgo situacional: ¿Qué es?

Fue en 1969 cuando los autores Hersey, Blanchard y Johnson definieron el liderazgo situacional como «el proceso de influir en las actividades de un individuo o grupo, en los esfuerzos por alcanzar una meta en cierta situación». En esencia, esta teoría sostiene que el liderazgo es una habilidad que, al desarrollarse y aplicarse estratégicamente, puede influir de manera positiva en el logro de objetivos tanto a corto como a mediano y largo plazo.

¿Cómo es posible conseguir esto? En la aplicación de la teoría del liderazgo, se toma en cuenta principalmente el nivel de madurez de los miembros de un equipo, y es deber del líder identificar las necesidades de los colaboradores para realizar ajustes pertinentes que fomenten la participación, la comunicación y el rendimiento.

Una de las tareas del líder será la de escuchar las necesidades de su equipo, analizar las áreas de oportunidad y comunicar las medidas que se han de tomar para respaldar a los equipos de trabajo con estrategias adaptadas a sus objetivos, tanto personales como colectivos. De esta manera, podemos decir que dentro de la teoría del liderazgo situacional, se requiere que los líderes muestren características como:

  • Escucha activa: La escucha activa es un requisito indispensable en todos los estilos de liderazgo; lo ideal es que esta característica esté acompañada de habilidades como la empatía, pues esto brindará una experiencia más enriquecedora y enfocada al alcance de objetivos específicos.

Habilidades de coaching

La preparación continua de un líder situacional es crucial para dirigir los esfuerzos hacia un objetivo común. Un líder capacita, detecta necesidades, planifica, modifica y supervisa tareas para transformar los esfuerzos individuales en un resultado colectivo.

En el liderazgo situacional, el líder debe detectar el nivel de madurez de las personas en relación con las tareas asignadas. También debe observar el entorno y analizarlo para ofrecer alternativas realistas y alcanzables.

Sentido de dirección

Un líder sabe escuchar y observar, pero también necesita dos características fundamentales: sentido de dirección para saber hacia dónde ir y comunicación efectiva para mostrar el camino a seguir.

Dentro de esta metodología, se consideran cuatro niveles o estilos de liderazgo:

Niveles o estilos de liderazgo situacional

En la teoría del liderazgo situacional, los líderes tienen equipos conformados por personas con habilidades, creencias y motivaciones diferentes, lo que se conoce como niveles de madurez. Estos niveles sirven como guía para adaptar los esfuerzos de dirección y lograr resultados de manera más efectiva.

  1. Directivo: En este nivel, la madurez del colaborador es básica, lo que significa que su capacidad para realizar una tarea de manera autónoma y eficaz aún es baja o moderada debido a la falta de preparación, experiencia o motivación. Por lo tanto, requiere la supervisión constante de un líder. El líder debe planificar las acciones que se implementarán y supervisar cada una de las tareas de manera constante. Su tarea principal será guiar, instruir, comunicar órdenes y verificar que se lleven a cabo de manera exitosa.

Persuasivo

En este nivel, los miembros de un equipo ya poseen cierta madurez para realizar tareas específicas, pero su motivación no es óptima. En estos casos, el líder podrá designar tareas y continuar supervisándolas, pero intentará comunicar sus ideas ya no como una orden específica, sino como una directiva motivadora capaz de generar grandes resultados.

Participativo

El estilo de liderazgo participativo pone énfasis en las personas y en la forma en la que estas se relacionan con su equipo de trabajo. Llegado a este nivel, el líder tiene la opción de gestionar las tareas considerando los comentarios que realicen los colaboradores. Se trata de una etapa más democrática, pues la motivación de los trabajadores les permite comunicar sus necesidades, ideas o propuestas con mayor efectividad.

Delegador

El estilo delegador, en el liderazgo situacional, se ajusta a un nivel de madurez más elevado en el que el papel del líder ya no es primordial para la asignación y realización de las tareas. Los trabajadores son capaces de organizar sus tareas sin la constante supervisión de un superior.

Fases del liderazgo situacional

Poner en práctica el liderazgo situacional requiere de 6 fases:

  1. Fase 1: Diagnóstico

En la fase de diagnóstico se analizan todos los factores que componen un proyecto. Esto incluye el nivel de madurez tanto del líder como del colaborador, así como su experiencia y motivación para ejecutar las tareas específicas que un proyecto requiere para ser exitoso.

Fases clave del liderazgo situacional

Fase 2: Preparación

Cuando se realiza un análisis de la situación actual de un equipo de trabajo, también es importante determinar los conocimientos y habilidades necesarios para llevar a cabo determinadas tareas.

Fase 3: Valoración

En esta etapa, se evalúa el nivel de madurez de los miembros del equipo con el objetivo de identificar sus fortalezas y áreas de oportunidad.

Fase 4: Motivación

Además de evaluar la madurez, es crucial medir el nivel de motivación y confianza de los colaboradores para desempeñar tareas específicas. Esto es fundamental para determinar el estilo de liderazgo adecuado.

Fase 5: Madurez

Esta fase es vital para determinar el estilo de liderazgo situacional que se debe implementar. A medida que aumenta la madurez, experiencia y motivación de los miembros del equipo, se reduce la necesidad de una supervisión constante por parte del líder.

Fase 6: Selección

Una vez que se han analizado las necesidades del proyecto y se han establecido los objetivos, es importante seleccionar el estilo de liderazgo situacional que mejor se adapte al nivel de madurez de los miembros del equipo.

Ventajas de aplicar la teoría del liderazgo situacional

¿Cuáles son las principales ventajas de aplicar la teoría del liderazgo situacional? Los autores describen al menos tres beneficios de implementarla en el entorno laboral:

Equipos resolutivos

Contemplar el nivel de madurez de los colaboradores significa que tienen la oportunidad de evolucionar constantemente, guiados por un líder que en todo momento considera su motivación y experiencia. La aplicación del liderazgo situacional resulta en la formación de equipos más resolutivos, que requieren cada vez menos ayuda o guía de un líder.

Mayor innovación

A mayor motivación y experiencia, mayor oportunidad de implementar la creatividad para resolver desafíos. Esto conduce a alcanzar resultados en un entorno colaborativo y armonioso.

Retención del talento

Un buen acompañamiento por parte de un líder puede dar lugar a un mayor nivel de satisfacción por parte del empleado y, al mismo tiempo, atraer a futuros colaboradores gracias a los métodos implementados para promover su crecimiento profesional.

La preparación como líder o coach es fundamental no solo para el crecimiento de una organización, sino también para el desarrollo y éxito de los profesionales responsables de tareas clave. Si deseas saber cómo aplicar el coaching en el ámbito laboral, puedes encontrar más información aquí.

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