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Tomar la decisión entre una hipoteca variable o fija es un asunto crucial, especialmente en un momento de incertidumbre económica como el presente. Actualmente, el euríbor ha superado ya el 4% y se espera que siga aumentando debido a las subidas en las tasas de interés del Banco Central Europeo, que han pasado del 0% al 4,25% tras los incrementos ocurridos en 2022 y 2023. Ante este panorama, los bancos han estado mejorando sus hipotecas variables y encareciendo sus hipotecas de interés fijo durante meses.

Por lo tanto, se plantea un dilema: ¿es mejor pagar menos durante los primeros meses con una tasa variable y arriesgarse a que el euríbor continúe en aumento? ¿O es más conveniente pagar un poco más al principio con un interés fijo y asegurarse una cuota estable para siempre? La respuesta dependerá de tus preferencias y de tu tolerancia al riesgo:

  • Una hipoteca de interés fijo es preferible si deseas pagar siempre la misma cantidad y no te importa que la cuota sea un poco más elevada durante los primeros meses o años.
  • Una hipoteca variable es más adecuada si deseas pagar menos a corto plazo y no te importa que la cuota fluctúe, siempre y cuando puedas hacer frente a posibles aumentos en las cuotas.

En la situación actual, con la subida pronunciada del euríbor y las expectativas de que siga incrementándose (según la mayoría de los expertos), optar por una tasa fija es la mejor opción si deseas evitar los vaivenes del mercado y no tienes la capacidad económica para asumir cuotas cada vez más altas. Por otro lado, una tasa variable solo resulta realista si crees que el euríbor volverá a disminuir en los próximos años y cuentas con suficiente poder adquisitivo para hacer frente a cuotas crecientes.

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